Por. Alfredo Colque Machicado*
Tarija está a punto de sufrir el destino que la Ciudad del Sumaj Orco (el célebre Cerro Rico de Potosí), que ostentaba su riqueza a tal punto que la misma no sólo alcanzaba para tener contentos a todos, sino incluso sobraba para construir un puente de plata desde Potosí (Bolivia) a Madrid (España), pero que lamentablemente sus riquezasfueron saqueadas dejando a Potosí en ruinas, con su población rondando en la miseria.
Ahora es el turno de Tarija que gracias a sus hidrocarburos, sobre todo el Gas Natural,desata una codicia descontrolada, e incom
Hoy a un año de cumplir el Bicentenario de la Batalla de la Tablada, vemos que poco o nada en Tarija ha cambiado, por lo menos no para la mayoría de sus habitantes, que pese a su desgracia rinden homenaje a Moto Méndez, esperanzados en un cambio que permita que sus recursos económicos sean administrados con responsabilidad, “porque el gas se acaba” y antes que esto suceda tenemos que potenciar otras actividades productivas y entre ellas la agricultura es fundamental, no nos olvidemos que Tarija siempre ha sido agrícola, por tanto buena parte de la inversión, del dinero que aun sobra, que a propósito aun es suficiente, tiene que dirigirse a potenciar la agricultura”.
Un análisis de los últimos 10 años nos permitirá entender que el problema fundamental de la maldición de Tarija, fue y es, que nunca tuvimos un Proyecto de Desarrollo Departamental, un objetivo, un norte que nos permita generar desarrollo en el departamento, más bien fue la improvisación de políticos amb
En este análisis vemos que en estos 10 años lo único que diferenciaba a los tres circunstanciales administradores del poder político departamental ha sido el color de su partido político, porque todo lo demás perece que hubiese sido cortado de la misma tela y con la misma tijera, pues si analizamos bien, ninguno de los gobernantes se destacó por tener un Proyecto de Departamento, ni siquiera un mínimo plan de desarrollo económico y social, mas al contrario la improvisación fue y es el estandarte que resalta en sus administraciones, empezando por la elección de sus más cercanos colaboradores, que más que colaboradores eran y son cuotas de poder político, económico, empresarial, familiar y hasta de amistad. Otro elemento que ha caracterizado a nuestros gobernantes ha sido la egolatría, de creerse mejor que el resto, este egoísmo no ha permitido que trabajemos en comunión entre todos los sectores de la sociedad, más al contrario ha ocasionado división, pobreza y hambre, que son el resultado de una política egoísta, olvidadiza y equivocada, consecuencia de la explotación, pasada y presente, de una población absolutamente abandonada, aquí la naturaleza no tiene la culpa. La tienen los que han despilfarrado nuestros recursos económicos y que sin ningún tipo de escrúpulo han antepuesto sus intereses a las necesidades de todo un pueblo.
Como podemos ver el problema de Tarija es que no hubo, ni hay y no sabemos si habrá una visión estratégica de desarrollo departamental, el problema de Tarija no es ni nunca fue el dinero, porque
Estamos a por cumplir 200 años y la situación a la que los tarijeños nos enfrentamos hoy, no puede ser más dramática y a la vez paradójica. Nunca como en los últimos diez años los recursos económicos habían sido tan abundantes como ahora todavía lo son, pero tampoco nunca su población había experimentado los grados de desigualdad, exclusión social y pobreza que hoy día conocemos, me pregunto? Después de 200 años, las puertas del desarrollo se encuentran definitivamente cerradas?. Nuestrofracaso necesariamente significa quedar completamente excluidos de los frutos del progreso?.
Personalmente considero que no, porque pese a esto los recursos económicosactualmente existentes son más que suficientes para garantizar a todos los habitantes de Tarija el acceso a una vida digna, confortable y segura, pese a que los códigos sociales y políticos que impulsan y orientan el accionar de los administradores del poder político y económico de Tarija, reproducen y consolidan a cada paso las estructuras de la desigualdad social e impiden alcanzar ese objetivo. Por eso a poco de cumplir nuestros 200 años de aniversario, los tarijeños debemos asumir un compromiso de trabajo, para que entre absolutamente todos, construyamos nuestro proyecto de desarrollo con el propósito de construir una Tarija más justa para su pueblo, caso contrario, Tarija va rumbo al bicentenario del olvido.
* Economista Máster en Economía del Gas y Petróleo
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