Humberto Vacaflor Ganam
Menudo trabajo le espera al ciudadano que resulte designado como nuevo Contralor General para reemplazar al actual que, en realidad, ha estado sin hacer nada hasta ahora.
Las tareas del futuro contralor han comenzado a aparecer incluso ahora, cuando su nombre es un enigma y se anuncia que el parlamento lo designará conforme manda la ley.
La señora Cristina Choque, imputada en el caso Zapata, sugiere que se haga una auditoría del dinero gastado por el programa Bolivia cambia, Evo cumple, porque el ministro Juan Ramón Quintana lo habría manejado a capricho.
Pero hay una tarea más difícil todavía para el futuro Contralor. Deberá desentrañar cuál fue el origen de los recursos que utilizó ese programa antes de que comenzara a ser cubierto con los dineros del Tesoro.
En los primeros años del gobierno de Evo Morales, él mismo decía que el programa que lleva su nombre, fue financiado por donaciones y aportes que le hacían llegar sus “amigos del exterior”.
Es probable que una explicación así de genérica la hubieran aceptado las bases cocaleras del Chapare para justificar donaciones, regalos o aportes, pero esta vez se trata de dineros enviados al Estado boliviano por quien sabe qué personajes.
Por aquella época se decía que uno de los donantes sería Muhamar el Gadafi, dictador de Libia, o Hugo Chávez, que cumplía el mismo rol en Venezuela, pero siempre quedaba una duda sobre los otros donantes que habían decidido respaldar obras sociales de Morales.
Los precios altos de las materias primas todavía no habían llegado y las arcas del Estado no estaban tan repletas como lo estarían después, cuando los precios se inflaron.
Pero el dinero de las fuentes desconocidas llegaba por cientos de millones de dólares y el gobierno lo usaba a manos llenas, como si hubiera encontrado un tesoro. El presidente era un Papá Noel repartiendo regalos de dudoso origen.
Sería preocupante que esos dineros hubieran llegado también de fuentes vinculadas con actividades económicas ilegales. De alguien que hubiera estado festejando que el líder cocalero se había convertido en presidente de un país sudamericano.
El futuro contralor no podrá aceptar explicaciones vagas sobre el origen de esos recursos. Y ese será uno de los trabajos más difíciles que tenga porque la honorabilidad del país está en juego.