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Una llamada anónima a la Policía permitió descubrir el calvario que vivió una niña de 12 años, que afirma haber sido violada por su padre y sus tres hermanos. Los cuatro acusados fueron detenidos y los investigadores buscan a un tío de la víctima, del que se sospecha también habría participado de los abusos.
Este caso sucedió en un barrio céntrico de Yapacaní, municipio donde los hechos de abusos sexuales son una constante que provocó la reacción de algunas instituciones y autoridades, que en años anteriores movilizaron a la población para tomar acciones frente a esta oscura realidad.
La víctima de este nuevo caso de vejámenes está bajo la custodia de personal de la Defensoría de la Niñez. Ella le contó a una compañera de su colegio los ataques sexuales a los que era sometida por su familia.
El comandante departamental de la Policía, Sabino Guzmán, pidió a la población de este municipio demostrar su repudio a este tipo de actos y solicitó a los investigadores acelerar las pesquisas para dar con el quinto posible implicado en este hecho.
“Hace casi dos años que se estaba dando esta situación”, agregó Guzmán, que teme una reacción violenta de la gente que vive en Yapacaní con el pasar de las horas.