Noticias El Periódico Tarija

FUNDACIÓN MILENIO
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Desde inicios de la década del 2000 la economía boliviana se benefició del superciclo de las materias primas, obteniendo mayores ingresos por concepto de la venta de gas natural y minerales principalmente. La evolución de nuestras exportaciones e importaciones si bien fue favorable no fue uniforme lo que modificó su composición y, por ende, el grado de especialización de nuestra producción así como también la competitividad.
Crecieron las exportaciones pero también las importaciones, de manera que aumentó el coeficiente de apertura externa. Esto refleja la dependencia de la economía boliviana del resto del mundo. El índice pasó de un 38.9 por ciento en el año 2000 a 75.4 por ciento en 2012 (ver gráfico 1).

La apertura externa tiene una relación estrecha con el crecimiento económico. Mientras mayor fue la apertura externa la variación positiva del PIB fue intensa y viceversa.
El incremento de la proporción de la producción interna de la economía destinada a la exportación de bienes creció marcadamente. Se pasó de un 13.6 por ciento a inicios de la década del 2000 a casi el 50 por ciento en 2012 (ver gráfico 2).

El grado de penetración de las importaciones si bien no fue tan marcado como el grado de apertura exportadora sí presentó una tendencia ascendente significativa, llegando hasta el 36.1 por ciento en 2012 (ver gráfico 3). Esto significa que una parte importante y creciente del consumo doméstico es importada. No hay que olvidar que en los últimos años una variedad de productos nacionales fueron desplazados por productos importados.

La cuota de mercado, según las secciones de la clasificación uniforme del comercio internacional (CUCI), tuvo un cambio en su composición en los últimos 15 años. La mayor parte de nuestras exportaciones se concentraron en combustibles y lubricantes minerales. En segundo lugar estuvieron los materiales crudos no comestibles (que incluye a los minerales) con una reducción en su participación en los últimos tres años (ver gráfico 4).

La contraparte al aumento de la cuota de los combustibles y lubricantes minerales fue el descenso de los productos alimenticios y animales vivos, y las manufacturas principalmente. Pero el cambio más importante se presentó con las manufacturas, que de un 19.9 por ciento en 2000 bajó a 5.9 por ciento en 2014.
Existe una cobertura positiva en relación a nuestro comercio exterior, es decir ventaja comparativa con cuatro grupos de productos: productos alimenticios y animales; aceites, grasas y ceras de origen animal y vegetal; materiales crudos no comestibles; y combustibles y lubricantes minerales. Al ser estos positivos reflejan que se exportan en mayor proporción de lo que se importan, teniendo un significativo ascenso en las últimas dos categorías (materiales crudos no comestibles y combustibles y lubricantes minerales) lo que es coherente con una mayor cuota de mercado (ver gráfico 5).

La ventaja comparativa del país con la maquinaria y equipo de transporte es inexistente ya que se importan casi en su totalidad. En el caso de los productos químicos y, principalmente, los artículos manufacturados diversos (entre los que se incluye calzado y prendas y accesorios de vestir) el deterioro fue notorio desde 2004.
Nuestro país logró una vocación exportadora orientada a los productos con un menor grado de transformación productiva, es decir que tenemos una alta especialización internacional en materiales crudos no comestibles y combustibles como, por ejemplo, los minerales y el gas natural (ver gráfico 6). Igualmente el grado de especialización de los materiales crudos no comestibles subió aunque en menor medida.
Gran parte de nuestro comercio fue con Brasil, Argentina y Estados Unidos en orden de importancia. En conjunto en 2014 se llegó a alrededor del 65 por ciento del total de nuestras exportaciones. Con los dos primeros se tienen firmados contratos de compra-venta de gas natural lo que explica en gran medida el mayor flujo comercial con ellos, pero pese a esto el índice de intensidad de comercio de Bolivia con Brasil se deterioró (ver gráfico 7).

La intensidad de comercio con Brasil fue mayor entre 2000 y 2003, pero a partir de 2004 decayó. Esto se explicaría, en gran medida, por la bonanza económica internacional que no solo benefició a Bolivia y se reflejó igualmente en un mayor comercio en Brasil. Un deterioro similar, si bien no tan marcado, se tuvo con Estados Unidos, Colombia, Reino Unido, Venezuela y Suiza.
Bolivia es un país con un alto grado de apertura externa el cual no solo se profundizó desde inicios de la década del 2000 sino que, cada vez más, incide en el crecimiento económico nacional. Claramente, desde 2003, hubo un cambio importante en la composición de nuestras exportaciones notándose una concentración en productos con bajo grado de elaboración: minerales y gas natural. Una consecuencia que se deriva de este hecho es nuestro alto grado de especialización internacional en combustibles y materiales crudos no comestibles, así como también la pérdida de competitividad de los productos manufacturados que no lograron mantener el impulso obtenido hasta 2004, siendo desplazados en muchos casos por productos importados. La falta de competitividad de este sector se agravó con el desbalance cambiario tomando en cuenta la existencia de un tipo de cambio fijo desde fines de 2011.
Propuestas
Existen varios problemas en el comercio exterior nacional que se hicieron evidentes con la marcada caída del precio de los minerales y el petróleo, demostrando nuestra alta dependencia de un número reducido de productos. Una tarea pendiente es la diversificación de la economía nacional, para lo cual es necesario dar condiciones adecuadas para la inversión privada facilitando la creación y formalización de emprendimientos además de reducir la carga tributaria y costos laborales. Otro aspecto importante es la supresión de las restricciones a las exportaciones de alimentos y otros bienes de origen agropecuario. La inversión pública debe ser complementaria a la inversión privada y no sustituta de ésta.
Igualmente la apertura de mercados es otra tarea urgente. Deben retomarse las negociaciones con la Unión Europea y Estados Unidos centrándose en aspectos económicos antes que políticos.