Noticias El Periódico Tarija

Gastón Cornejo B.

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Continúa la Carta al Presidente EMA: “Más allá del deseo gubernamental de volver a Bolivia el “centro energético” de Sudamérica, como un deseo de progreso para el país más atrasado de Sudamérica, no es una excusa. Debemos ser conscientes y hablar abiertamente sobre la dirección y el futuro que nosotros como bolivianos humanistas queremos dar a nuestro país con respecto a este tema.
Es por eso que incentivamos a todos y a cada uno a quienes les llegue esta iniciativa, a manifestarnos, a organizarnos, para poner en conocimiento de todas las personas que sea posible la situación en la que se enfrascará Bolivia ante lsa creación de una planta nuclear, con la finalidad de que el pueblo boliviano decida sobre la procedencia o no de la utilización de energía nuclear en su territorio, al ser este en quien reside la soberanía sobre la decisión de temas trascendentales.
Hemos decidido, sobre la permanencia o no de autoridades coyunturales, sobre la forma de administración del Estado, sobre cualquier tendencia ideológica que se sustente, ahora que el país goza del pensamiento crítico y puede profundizar el camino hacia una democracia real, la verdadera posibilidad de que el pueblo se comprometa directamente sobre temas primordiales, previa información científica y respetuoso debate, naturalmente. ¿Queremos energía nuclear en Bolivia o no? Y avanzar hacia un Referéndum vinculante, donde la totalidad del pueblo de Bolivia decida, y no uno una minoría gobernante. Con las consideraciones de distinguida atención. Por el Centro Mundial de Estudios Humanistas y Mundo Sin Guerras y Sin Violencia. Numerosas firmas de científicos de diversos países y continentes”.
Yo expongo mis propias conclusiones las que aditamento a la misiva, ignorada por las autoridades pertinentes. Proponer energía atómica en un país con los índices más bajos de salud, educación, vivienda, servicios públicos; descollante en índices altísimos de inseguridad ciudadana, corrupción y narcotráfico; Bolivia  identificada con el populismo clásico y un incipiente paisaje democrático, suprema ignorancia científico-tecnológico en el tema radioactivo; con una gestión administrativa que viola normas constitucionales e interviene otros Poderes del Estado; que manifiesta un doble discurso sobre la protección de la Madre Tierra y los derechos de los indígenas originarios; que rechaza la meritocracia, acentúa la improvisación y que pone en tela de juicio todos los principios bio-éticos y humanistas de su emprendimiento inicial, es una verdadera temeridad.
En Bolivia, son los científicos físicos, sin compromiso político partidario, quienes deberían toma la palabra. Olvidémonos de las universidades. La carta enviada al Presidente en septiembre del año 2013 fue un mensaje emitido por grandes científicos que son los llamados a asesorar a los gobernantes, a los políticos, a la  ciudadanía y a quienes se atrevan a debatir la conveniencia o no de la Energía Atómica. Por ello, toda gratitud a los médicos de IPPNW contra la energía nuclear.