///
Estamos aprendiendo una nueva forma de gobernarnos, en el marco de una autonomía todavía tibia pero que puede tomar temperatura siempre y cuando sus protagonistas le impriman una dinámica especial que nos revele un proceso que en la práctica impulse el desarrollo departamental. El problema es que ciertos actores se encargaron durante estos últimos años de mostrar la peor cara del autogobierno por actitudes irresponsables y de nulo compromiso con los intereses de la región, la Asamblea Legislativa en periodos pasados fue uno de ellos, sus miembros fueron los menos indicados, pero aún así elegidos por la gente, para inaugurar el funcionamiento de un ente en el que el pueblo esta representado legítimamente y desde donde se deben diseñar políticas para cambiar su calidad de vida, nada de eso sucedió y sólo se consiguió inventar un nuevo escenario de confrontación e irregularidades movido por intereses político-partidarios y personales.
Otro protagonista de esta nueva manera de gobierno, son los Ejecutivos Seccionales o Sub Gobernadores, que llevan el nombre de las provincias y secciones del Departamento, que fueron tomando cuerpo y mayor juego en las decisiones regionales desde lo más profundo. Indudablemente se beneficiaron por la desconcentración de recursos y, por tanto, de poder aplicada en la última administración, muy distinta a la anterior en ese aspecto, en las provincias se marcó un ritmo de desarrollo distinto al de la capital porque quienes antes no tenían nada para hacer gestión se encontraron con enormes presupuestos que no fueron usados adecuada y prioritariamente, en todos los casos, la desproporción en muchas de las inversiones puso sobre el trabajo de todos nubes de desconfianza y signos de irregularidades que deben ser investigadas. Queda el sabor de que se hizo bastante pero que se podía haber hecho mucho más con tanto dinero, esa experiencia debe corregirse para que cada peso sea bien invertido en cubrir las necesidades de la gente, es preciso fortalecer los mecanismos de fiscalización tierra adentro, donde la vitrina no es tan grande para estar expuesto todo el tiempo pero desde donde también se maneja mucho dinero público que debe ser cuidado.
Son justamente estos Sub gobernadores los que deberán demostrar que la autonomía y la desconcentración de poder y recursos es la fórmula exacta para progresar de manera equilibrada en un Departamento siempre marcado por las desigualdades que nacen desde la misma plaza de armas de su capital hacia sus barrios y se extiende a otras ciudades, pueblos y comunidades que tiene igual derecho a sonar con otro futuro y vivirlo a plenitud.