Noticias El Periódico Tarija

Gastón Cornejo B.

Nuevamente está en nuestro medio un distinguido médico cochabambino que llega de Alemania a la Patria para remover consciencias adormecidas por la política criolla y la información dirigida falsamente sobre el proyecto de energía nuclear. El Dr. José Ramírez Voltaire, ecologista, pacifista, dirigente de la organización internacional titulada IPPNF, sigla del equipo científico de estudio contra la contaminación y la guerra nuclear y todo aquello que pone en riesgo la existencia de la vida humana en el planeta.

José Ramírez y Rodrigo Caballero, expertos en esta temática, nos traen la afirmación de que Alemania ha decidido desmantelar todas sus centrales de energía nuclear, todos sus reactores de potencia; ofrecen conferencias explicativas en variadas tribunas de intelectuales e instituciones.

Ante los recientes anuncios de un proyecto de energía nuclear firmado por el gobierno comprometido con Rusia, anteriormente, con Irak y Argentina; desempolvo la Carta del Humanismo internacional enviada al mandatario EMA, en septiembre 2013, nota que no logró respuesta alguna y ante la delicadeza del tema me permito reproducirla.

“Sr. Evo Morales A. Presidente de Bolivia. De nuestra consideración: Respetuosamente, tenemos el honor de dirigirnos a su digna autoridad, al de su gobierno y asesores corresponsables, ante los profesionales que lo secundan; por su intermedio a todos y cada uno de las personas que viven en el territorio de Bolivia, nacionales, extranjeros, de paso o de estadía, y en mayor escala a la mayor cantidad de seres humanos a quienes pueda llegar e interesarles el futuro, no solo de su existencia, sino de las generaciones venideras, el “Manifiesto” que lanzamos para poner en nuestras conciencias, y en debate público, la seguridad ahora de que el Estado Plurinacional de Bolivia inicie un programa estatal de Energía Nuclear, ignorando los enormes riesgos y las graves consecuencias que conlleva dicho proyecto, sin autorización del pueblo de Bolivia.

No seremos tibios, conocemos de sobremanera los efectos de la aplicación sostenida de la energía nuclear en un territorio determinado, está de más nombrar las catástrofes de Chernobyl y Fukushima y otros casos donde la radiación ha hecho estragos en generaciones enteras.

Ahora ésta “amenaza” se cierne sobre Bolivia, como una política de estado que al parecer no tiene vuelta atrás, y la población debe conocer los efectos de este tipo de energía, de su manejo y de todo lo que implica meterse dentro de la misma, ya que nuestras vidas pasarán, pero habrán generaciones que llegarán, hijos, nietos, nuevos seres humanos.

El tema nuclear concierne a toda la humanidad. El compromiso boliviano no puede quedar atrás, por más pequeño, pobre y retrasado que consideremos al país, esto no justifica en lo más mínimo soslayar la responsabilidad que tenemos todos los ciudadanos de Bolivia con la vida y con la humanidad, ya sea creyendo que para crecer debemos acuñar una bomba de tiempo nuclear, o bien, excusándonos en falsos conceptos tecnológicos que oscurecen la verdadera realidad.

El humanismo Universalista intenta generar una señal coherente y no-violenta a un mundo convulsionado y violento, exigiendo que el poder y el dinero dejen de ser los valores centrales, para situar al ser humano y a la vida como valor central de cualquier ideología; nada por encima del ser humano, ningún ser humano por debajo de otro. La vida debe primar en el presente y sobretodo en el futuro”.

Cochabamba, abril 2016