Ingredientes:
– Familia (es aquí donde todo empieza)
– Amigos (nunca deben faltar)
– Rabia (si existe que sea poca o mejor si no le pone)
– Paciencia (la mayor cantidad posible)
– Lagrimas (secarlas todas)
– Sonrisas (las más variadas)
– Paz (en gran cantidad)
– Perdón (muchísimo y de diversas maneras)
– Enemigos (de ser posible, ninguno)
– Esperanza (no perderla jamás)
– Corazón (mientras más grande, mejor)
– Amor (aquí, puede abusar)
– Cariño (importante)
– Sueños e ilusiones (todos los que tenga)
– Agradecimiento (por nada del mundo podría faltar)
Preparación:
Reúna a su familia y sus amigos. Olvídese de los momentos de rabia y desesperación pasados. Si necesita, use toda tu paciencia. Seque las lágrimas y sustitúyalas por sonrisas. Junte la paz y el perdón y ofrézcalos a sus enemigos. Deje que la esperanza crezca en su corazón.
Agregar a la mezcla anterior, todo el amor y el agradecimiento que tenga y muchísimas ganas y cariño, sobre todo. Poco a poco vaya incorporándole a la receta, sus sueños y sus ilusiones. Colóquelos al calor de sus esperanzas.
Recordar:
No siempre los ingredientes de la vida nos gustan, por lo tanto hay que saber mezclarlos como se van ofreciendo o presentando; y hacer con todo un plato de buen sabor… y no olvide de tener cerca todos los días esta receta.