Noticias El Periódico Tarija

///
Existen promesas tanto del presidente Evo Morales como del Gobernador Adrián Oliva, de ejecutar el proyecto de la planta de tratamiento de aguas residuales para la ciudad de Tarija. Saludamos la buena intención del Primer Mandatario y el interés mostrado por el Gobernador, quien ha visitado en Europa plantas similares a las se necesitarían aquí, destacamos que en varias oportunidades se haya referido con énfasis a éste problema que fue dejado de lado por todos los que estuvieron antes.

Es lamentable que el municipio no sea el promotor, el impulsor de éste proyecto, pues es su directa responsabilidad, es lamentable que el alcalde se vaya solo en discursos, en spots televisivos, en publicidad, demostrando un culto peligroso a su propia imagen y no en hechos concretos que le solucionen grandes problemas a la gente, por eso se hace mas evidente el empuje de Evo y Adrián. Esperamos que la coordinación entre la gobernación y el gobierno nacional nos deje este fruto porque lo que sucede con las lagunas de oxidación es un problema de salud pública. De hecho no se puede entender el criterio con el se decidió instalarlas en la zona de San Luis. Una carencia total de visión y planificación evidente, pues alguien pensó que esta ciudad se quedaría igual durante toda la eternidad, pero aún así no se consideró siquiera a los comunarios que sufrirían la influencia su presencia.
Así cómo cuestionamos este error histórico también criticamos que las autoridades que han tenido el poder durante décadas no hayan sido capaces para darse cuenta del efecto nocivo de las lagunas en una ciudad de expansión urbana acelerada ademas de proponer y ejecutar la instalación de una plata de tratamiento moderna proyectada para por lo menos 50 años más. Simplemente se fue indiferente a este mal que se volvió de todos porque si antes eran comunarios los afectados hoy son ciudadanos que no encuentran explicaciones y exigen respuestas.
El problema es que la dejadez de las autoridades ha sido crónica y poco se ha hecho para «matar» este cáncer. Nadie se ocupó de hacer un estudio para medir la influencia de las lagunas en la salud de la gente, porque las aguas negras de la urbe no sólo caen en estas colapsadas piscinas sino que rebalsan y llegan a ríos y quebradas, con esas aguas se riegan cultivos que producen lo que servimos en nuestras mesas. Los malos olores que producen por el inexistente tratamiento… son lo de menos, se han convertido en focos de infección que no llaman la atención de nuestros médicos, la proliferación de zancudos portadores de enfermedades es alarmante. Se llegó a hablar que el número creciente de casos de hepatitis en escuelas se debía a que arrojaban sus aguas oscuras a quebradas próximas por no estar conectadas a una red de alcantarillado como debe ser. De sólo afectar a una zona, ahora se siente su presencia en toda la ciudad, Tarija esta trancada porque decenas de barrios no tienen más que botar sus desechos en cárcavas o ríos, contaminando más nuestra propia casa porque llevar eso más hasta las lagunas sería un crimen.
El pueblo entero guarda la esperanza de que los anuncios sean una realidad y que se emprenda un proyecto serio que ponga a Tarija al mismo nivel en tecnología de urbes europeas, al mismo nivel en calidad de vida porque no contar con una planta así, sin duda es atentar contra derechos fundamentales, existe confianza, se espera el anuncio oficial, tal vez este nuevo y especial mes sea el ideal para hacerlo.