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Supuestos fusiles del Ejército chileno, que estaba apostado en el cerro del frente, 19 horas de viaje de ida y de vuelta de los periodistas y entrevistas realizadas en la misma línea fronteriza, en la reciente visita de las aguas del Silala por parte de una delegación oficial se registraron escenas que no trascendieron a los medios.
Tras el arribo a suelo potosino, los periodistas se dirigieron en caravana a la localidad de Quetena Chico (provincia de Potosí), sitio donde se localiza el origen de las vertientes del Silala. El presidente Morales había convocado a los medios y a autoridades para ver in situ el lugar dónde nacen las vertientes del Silala, para intentar demostrar que no es un río internacional, como señala Chile.
Entre bofedales, ojos de agua y canalizaciones artificiales, las memorias de filmadoras y grabadoras se agotaban sin que sus dueños intuyeran que al finalizar el recorrido se suscitaría un acto que iba a ser digno de registrarse.
Después de que el Presidente abandonó el lugar, los periodistas demostraron interés en entrevistar a un grupo de ciudadanos chilenos, que estaba del otro lado de la frontera. Estos los llamaban insistentemente y hacían señas para que se acercaran.
