Lo que sucede en Villamontes va de «castaño a oscuro», parecía diluirse, parecía caerse por su propio peso pero más bien cobró fuerza, aunque es cuestionable un bloqueo sólo hacia la capital y no de manera general. Quien ya con claridad encabeza la movilización es el Subgobernador Robert Ruiz, más allá del denominado Comité de Huelga, eso le da un enfoque más político a la situación, la mirada de la Gobernación está puesta en él, por eso las denuncias de supuestos intereses subterráneos van en su contra.
Este martes el asambleísta departamental por Yacuiba, Jorge Arias, ingresó en huelga de hambre en el hemiciclo legislativo apoyando la protesta villamontina e impidiendo que se pueda sesionar. Se sumó a la extrema medida en horas de la tarde, su colega por Caraparí, Norah Terán, reclamando la falta de apoyo de su subgobernador Lorgio Torrez. Mirando el tema por encima del hombro sólo concluiríamos que se tratan de manifestaciones aisladas sin mayor repercusión pero si leemos entre líneas, podemos identificar que ambos huelguistas pertenecen a las otras dos regiones de la provincia Gran Chaco cuyas autoridades se mantienen al margen a pesar de que Villamontes reclama por una supuesta violación a la autonomía regional. En el último Editorial, remarcamos que nos extrañaba que José Quecana y Lorgio Torrez guarden un extraño silencio en una movilización que lleva varios días. No olvidemos que Jorge Arias fue Presidente del Concejo Municipal de Yacuiba y alguien muy cercano a Carlos Bru, hoy ex alcalde pero muy vigente aún en la política local con deseos de hacerse notar, más todavía si quien opera para Adrián Oliva en ésta región es su ex aliado y hoy archi rival, Willman Cardozo, de quien dicen persigue convertirse en el primer Gobernador Regional de su provincia. Aparentemente la huelga de hambre de Arias y Terán pretende simplemente «encender la mecha» para presionar a Quecaña y Torrez para que asuman postura, así se sumarían otras organizaciones y sectores que aprieten mas fuerte y los empujen a cerrar el circulo masificando el paro y bloqueo. Se dice que ambos están muy condicionados económicamente y por eso prefieren no abrir distancia con Oliva pero no se puede olvidar que en virtud de su 45% el Chaco recibe directamente sus recursos y el argumento de la autonomía regional es tan fuerte que quien quiera mirar hacia otro lado puede enfrentar serias consecuencias políticas.
No se puede dejar de mirar de reojo el otro bloqueo en Caraparí por el pago del PROSOL, quien piense que no tiene relación con lo de Villamontes puede pecar de ingenuo, ya que consolida el bloqueo total del Chaco hacia el resto del Departamento con tendencia a agravarse, más aún si Oliva devolvió con observaciones la aprobada ley del PROSOL a la Asamblea Legislativa que no puede sesionar por la huelga de Arias y Terán y que además puede no tener interés en tratar la norma ya que sin ella, Oliva no puede pagar y si no paga, la protesta campesina tiene el argumento perfecto para masificarse.
Puede estarse gestando la «tormenta perfecta», que si cuenta también con el respaldo del subgobernador de O’ Connor, Walter Ferrufino, puede ser realmente peligrosa para el Gobernador que tendría que medir fuerzas con medio Departamento, donde gobiernan líderes regionales de los más radicales. No es tiempo de subestimar, es tiempo de abrir honestamente el diálogo, existe el riesgo de que éste escenario reposicione el tablero político en Tarija y marque la dinámica en los próximos meses y años.