EL DIA/AGENCIAS
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Luego de que un informe técnico de YPFB Petroandina revelara que el pozo LQC-X1 dio negativo y se confirmara que no se encontraron hidrocarburos en cantidades comerciales, el campamento petrolero de Lliquimuni, al norte de La Paz, comenzó su retirada. Por ello, los expertos consideran que el Gobierno debe dejar su discurso exitista de adelantarse a los hechos.
Un fracaso anunciado
De acuerdo al informe de YPFB Petroandina en Lliquimuni se comenzó el desmontaje del taladro, la decisión fue asumida luego de obtener los resultados negativos de las operaciones de evaluación, representando pérdidas económicas para el Estado.
Desde el año 2011 se anunció tanto desde YPFB como del Poder Ejecutivo un potencial de 50 millones de barriles de petróleo y 1 trillón de pies cúbicos de gas que podría contener esta área, creando desde el Gobierno nacional grandes expectativas a la posibilidad de generar nuevos ingresos a partir del éxito casi asegurado de la fase de exploración.
En diciembre del año 2014 se inició la perforación del pozo exploratorio en el área Lliquimuni. De acuerdo con datos de la empresa, la operación del equipo estuvo a cargo de la empresa china Sinopec con un costo aproximado de $us 50 millones. La misma firma actualmente realiza otras tareas de exploración sísmica 2D en la amazonia.
Transcurrieron más de ocho años del acuerdo entre PDVSA de Venezuela y YPFB para que a través de fuentes no oficiales se informe del fracaso exploratorio, en detrimento de las expectativas de desarrollo del departamento de La Paz.
Los costos preliminares del proyecto petrolero establecen una inversión de aproximadamente $us 40 millones en una carretera hasta Lliquimuni, además de $us 500 millones que supuso la fase de exploración, que conllevó la instalación de un campamento.
Se engaña a la población con anuncios exitistas
Hugo del Granado, analista en hidrocarburos, indicó que de acuerdo al programa de exploración que tenía una duración de 354 días, la misma terminó a fines de noviembre de 2015, pero se evitó que la noticia salga a la luz pública para perforar a más profundidad con la esperanza de encontrar gas o petróleo. Por ello, el experto considera que el Gobierno no debe adelantarse a anunciar grandes descubrimientos.
«Ya habían perforado cuatro pozos y resultaron secos, entonces lo que se debía hacer era profundizar los prospectos de sísmica de 2D y 3D para tener mayor certeza y disminuir los riesgos de una perforación de pozo seco que tiene mucho costo. El Gobierno ha cesado en su afán exitista de hacer anuncios donde no se tiene certeza, es un discurso que lo repite en diferentes áreas, como en Tarija donde se dice que se ha encontrado 4 TCF y donde ni si quiera se ha terminado la sísmica 2D. Ojalá sirva de experiencia para que se deje de hacer anuncios fantasiosos porque es una manera de engañar a la opinión pública», comentó Granado.
En tanto, el director del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib), Marco Antonio Gandarillas, dijo que Bolivia tiene 120 años de historia petrolera, siendo una historia llena de fracasos.
«Hasta el 2012 YPFB descubrió 45 pozos, frente a 33 descubiertos por las compañías extranjeras. La cuestión es que el costo de un emprendimiento exploratorio no es chiste, y va más allá de lo económico, como nos muestra lo de Lliquimuni, años de intervención sobre territorios que luego se abandonan a su suerte», señaló.
Gobernación de La Paz pidió un informe
La Secretaría de Minería e Hidrocarburos del Gobierno Departamental de La Paz solicitó en reiteradas ocasiones al gerente general de YPFB Petroandina SAM, Fernando Salazar, el informe final del proyecto Lliquimuni. A tanta insistencia, el 4 de febrero respondió en una escueta misiva: «Con relación al proyecto Lliquimuni Centro XI, el mismo continúa en operaciones de prueba, por los próximos 45 días, razón por la que remitiremos oportunamente el informe final una vez concluidas las operaciones de evaluación». El 19 de marzo concluyó el plazo mencionado.