Víctor Burguete
@Vburguete
No es ninguna novedad que a las autoridades tarijeñas les gusta figurar en los actos ante la presencia de los medios de comunicación. Lo han hecho los de antes, lo hacen los de ahora y lo harán los de después. No hay ningún delito en ello, e incluso puede resultar comprensible que la autoridad que ha motivado o impulsado determinado proyecto quiera que quede constancia de su labor en el manejo de la administración pública.
Sin embargo, estas ansias de protagonismo llevan en ocasiones a las autoridades a cometer errores garrafales como el que vivió ayer la ciudad de Tarija y que, más allá de ser un fallo de cálculo, puede suponer la pérdida de vidas humanas.
La Gobernación del Departamento de Tarija anunció ayer por todo lo alto el inicio de obra del Albergue para víctimas de violencia. En el acto estuvieron presentes las distintas autoridades del departamento con el gobernador Adrián Oliva a la cabeza, custodiados por la mayoría de los medios de comunicación del departamento que registraron para la posteridad en sus equipos las imágenes del lugar exacto en el que se va a construir este centro.
Hasta ahí puede parecer todo normal si no fuera porque las autoridades olvidaron que la principal función de un centro de estas características es la de salvaguardar la integridad de las mujeres maltratadas para lo que es imprescindible mantener el anonimato la ubicación y la dirección del recinto.
Esta observación puede ser considerada una nimiedad para algunos pero quizá no lo sea tanto para las mujeres maltratadas que se vean forzadas a cobijarse en un futuro ahí. Gracias a las autoridades, entre las que se encontraba la defensora del Pueblo, Gladys Sandoval, el malnacido que con sus palizas cotidianas obliga a su pareja a huir de su hogar podrá tener otra oportunidad debido a que la dirección en la que se va a emplazar el centro es conocida ya por todo Tarija.
Con estas facilidades, el agresor tan solo tendrá que aguardar en una esquina a que su pareja entre o salga del centro. Ojalá la foto de las autoridades que hoy saldrá en todos los medios no sea sustituida en el futuro por la foto de un nuevo feminicidio. La crisis ha disminuido los recursos, unos recursos que no son necesarios para aplicar el sentido común y la responsabilidad política.