Noticias El Periódico Tarija

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Se debe tener mucho cuidado en como se percibe un problema como el que se tiene en Villa Montes, tanto de parte de quienes lo alientan como de quienes lo soportan, los que exigen la renuncia del Gobernador Adrián Oliva deben saber que ese despropósito no alimenta la democracia, por el contrario, la debilita, deben entender que asumir esta posición les acarrea un costo político grande que en algún momento deberán pagar, deben entender que poner la institucionalidad en la cuerda floja y ser quienes mueven esa cuerda de un lado para otro les pasará muy pronto una factura que según vemos no tienen con que pagar.

Aquellos a quienes  les toca recibir estas presiones seguramente están viendo como nada es absoluto y todo es relativo, que el poder es tan frágil a pesar de que lo creamos absolutamente en nuestras manos, deben saber que no hay fórmulas secretas y que nadie es dueño de la verdad, que una cosa son los números de una encuesta y otra la política en la calle cuando nos llevan a ese terreno, deben comprender que no es momento de subestimar, por el contrario, es el de de poner atención a lo que esta sucediendo y aprender, en plantear opciones que conduzcan a la solución del conflicto o por lo menos demostrar interés por hacerlo.
El Gobernador Oliva vive su momento más complicado y sin un horizonte de solución claro hacia adelante, debe ser cuidadoso, prudente pero no confiado, es él quien debe dar el paso que sigue  y en persona, no puede delegar pues corre el riesgo de que no lo representen adecuadamente, si no se da cuenta que hay fuerzas opositoras a su gestión que están dispuestos a ir lo más lejos posible y que no se las debe aplacar con reacciones virulentas cometerá un gran error. Igualmente puede verse afectado y debilitado al final, no se trata de no ceder bajo la idea de que quien lo hace pierde y muestra flaqueza, consiste en llegar a acuerdos que viabilicen la solución de un conflicto que se agrava día tras día planteando opciones y sentando bases más sólidas en terrenos fangosos como el Chaco donde al parecer todavía quedaron muchos cabos sueltos que no deben ser ajustados con prepotencia y fuerza.
No se puede permitir que el problema crezca pensando que los bloqueadores se cansarán, el pueblo también lo hace y le pide soluciones a sus autoridades, esto desgasta a todos pero en especial a quienes deben encontrar una salida lógica ante los que presionan y no entienden razones. Esa es la alternativa que espera la gente, sabe que hay quienes estarán en una posición radical para conflictuar pero también que tiene autoridades que deben buscar y lograr salidas convenientes a situaciones como esta.