Luis Fernando Ortiz Daza
Psicólogo
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“Imagina un mundo en el que cada mujer y cada niña puedan escoger sus decisiones, tales como participar en la política, educarse, tener sus propios sueños y vivir en sociedades sin violencia ni discriminación,”. Solo imagina un mundo mejor en este día que se celebra a la mujer y que a ellas les falta mucho qué celebrar.
La historia ‘oficial’ de la Organización de las Naciones Unidas cuenta que en 1909 se conmemoró por primera vez el ´Día Nacional de la Mujer’ un 28 de febrero como propuesta del Partido Socialista en Estados Unidos. Ese día se manifestaron por el derecho al voto y derechos políticos y económicos. El 27 de agosto de 1910 se realizó la segunda conferencia de mujeres socialistas de Europa en Dinamarca, donde se decidió establecer el 8 de marzo como el día internacional de la mujer.
Posteriormente la celebración cambió al 19 de marzo en 1911 y abarcó más países como Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. La consigna de lucha de miles de mujeres fue la petición de los derechos de la mujer, el sufragio femenino universal, el acceso a cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y la no discriminación laboral.
Días después, el 25 de marzo de 1911, más de 140 mujeres trabajadoras murieron en un incendio en una fábrica textil en la ciudad de Nueva York. Antes de la Primera Guerra Mundial mujeres rusas conmemoraron el Día de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. Mientras que en otros países de Europa lo conmemoraron cerca del 8 de marzo de 1914 en protesta contra la guerra.
Finalmente, en 1917 las mujeres de Rusia comenzaron una huelga el 23 de febrero del calendario de ese país, equivalente al 8 de marzo del calendario universal, como reacción a la muerte de dos millones de soldados en la guerra. Debido a esto el Zar ruso tuvo que abdicar y las mujeres obtuvieron el derecho a voto.
En 1975 las Naciones Unidas conmemoró el Día Internacional de la Mujer un 8 de marzo y a partir de ese año se mantuvo hasta la fecha en todos los continentes.
Actualmente la población femenina en el mundo es de 3.660 millones de mujeres, hoy en día 143 de 195 países garantizan la igualdad entre hombres y mujeres en sus constituciones, sin embargo la crónica roja nos dice que más del 50% de mujeres asesinadas en el mundo es por caso de feminicidio; hay 900 millones de personas en el mundo que son analfabetas, de ellas el 60% corresponde a mujeres; en el mundo una de cada 3 mujeres ha sufrido violencia sexual, principalmente de su pareja.
En la mayoría de los países gana entre un 10 y 30% menos que los hombres, solo por ser mujeres, la participación política de las mujeres en el mundo solo llega al 22%, en 29 países, el hombre es designado jefe de familia por ley.
Ni una más, un una menos, sin embargo una más y una menos, en lo que va del año han muerto 19 mujeres en Bolivia por feminicidio, es decir una mujer cada tres días, la cifra es escalofriante, en comparación con 2015 se tiene el dato de 93 procesos por este caso.
En enero de 2013, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio un informe en el que señala que de 13 países del continente, Bolivia ocupa el primer lugar en violencia física y es el segundo en violencia sexual, después de Haití.
Con estos antecedentes la Ley 348 ha tomado en cuenta como nuevos tipos penales el feminicidio, acoso sexual, violencia familiar o doméstica, esterilización forzada, incumplimiento de deberes, padecimientos sexuales y actos sexuales abusivos.
En los últimos ocho meses, con la vigencia de la Ley 348, la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) registró 15.000 denuncias sobre violencia contra las mujeres. En 2012 el número pasó los 50.000 casos, informa la comandante nacional de la entidad policial, coronel Rosa Lema. Datos espeluznantes y reales entre la realidad oculta, aquella en la que la mujer no se anima a denunciar porque está amenazada de muerte y amenazada de violencia contra sus hijos, de secuestro y de encierro.
La violencia política en esta sociedad machista ha cesado, pero no por la eficacia de la ley, sino por el escarmiento, muchas mujeres han renunciado a sus representaciones ante la realidad de ver a sus compañeras muertas, violadas o golpeadas, hoy una mujer valiente en El Alto sufre el acoso de dirigentes machos sindicales que han jurado hacerle la vida imposible, inclusive un viceministro se ha mofado del dolor de esta mujer que representa a otros y puso un comentario en el que dice que las lágrimas de Soledad Chapetón son “lágrimas de cocodrilo”.
Seguramente esas lágrimas no fueron por el dolor de ver a seis de sus compañeros muertos en una ofensiva terrorista de dirigentes opositores a la gestión de Soledad, terrorismo cuasi de Estado donde se quema la alcaldía, se cierra la salida con una turba enfervorizada que si atrapaba a alguno escapando lo golpeaban hasta matarlo, mueren seis asfixiados o quizás torturado alguno. Sin embargo, lágrimas de cocodrilo, otros cobardes hablan de autoatendado, cinismo puro de machos enfervorizados que no toleran a una mujer en el poder.
Imagina compañera, amigo a tu pareja, al compañero como amigo, al camarada y amigo de la lucha política como a un hermano, imagina nomás mujer, porque si desde arriba no cambia, porque si desde abajo no luchas y apoyas militantemente a tu hermana, a tu amiga, a tu madre e hija que lucha por sus derechos y tus derechos, imagina nomás. Y seguirá el horror, seguirá él uso y abuso para la propaganda política y la publicidad.
Y vos macho amigo deja la zona de confort, sal con tu compañera a luchar por sus derechos que estarás luchando por el derecho de tus hijas, de tus nietas, amigas y hermanas. Mañana no hay qué celebrar, no hay qué brindar mientras no se cumpla la ley, mientras solo el discurso sea para ganar votos y no cambiar la realidad.
Tarija, 8 de marzo de 2016