Noticias El Periódico Tarija

Karen Arauz

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Expresar puntos de vista públicamente conlleva cierta responsabilidad. Si fuera privada, podría usar cuantas «malas palabras» existen dentro y fuera de lo dictado por la Real Academia de la Lengua Española. Pero al acceder a un espacio generoso de los medios de acceso público, el lenguaje tiene que ser cuidado. Y crean que es todo un esfuerzo.
Fluyen los consejos  de amigos y de generosos lectores. Algunos, piden se «le dé con todo» al gobierno. Esa indignación, bronca e impotencia  son sentimientos  naturales a la luz de lo que la sociedad ha venido soportando gota a gota como tortura china (sugestivo ejemplo) por diez años y que ha llegado al paroxismo en los últimos treinta días. Hay los que genuinamente se inquietan por lo mal que pueden reaccionar algunos ante la libre expresión y surge el «tiene que cuidarse».   Recomiendan temas que sean inocuos dada la efervescencia actual. Es imposible dejar de mencionar la sugerencia, -no exenta de ternura- sobre explorar métodos de cultivo de flores de loto y nenúfares.
Demás está decir que apenas sospecho la diferencia entre nenúfares y astromelias. Así que decidí observar no sin espanto, en que andan los gringos para escoger su presidente. En el «supermartes» que son las elecciones de delegados para las primarias, los seguidores republicanos y demócratas  afinan su puntería por eliminación, buscando un único candidato hacia las respectivas convenciones partidarias de nominación definitiva. Nosotros obviamente, tenemos más que suficiente con lo nuestro, pero la verdad sea dicha, pobres gringos. Están casi definidos los dos candidatos . Por un lado Donald Trump, un troglodita xenófobo e intolerante, seduce por su discurso por la recuperación de la hegemonía norteamericana en el mundo, sobre la economía y pone en el tapete el tema de la migranteslatinos, agravada con la llegada de miles de musulmanes conquienes Obama ha demostrado tener una afinidad, rara. A Trump, Vargas Llosa acaba de calificarlo sin anestesia como «payaso, demagogo y racista».
La señora Hillary Clinton de los Demócratas, la mayor beneficiaria de los desencuentros de la derecha conservadora republicana, parece ser de los males demócratas, el menor. Las irregularidades sobre el manejo de la Fundación Clinton, su poca seriedad para el manejo de delicados correos electrónicos cuando fue Secretario de Estado en el primer período de Obama, y su discurso tirando a «progre populista» la hace una posible candidata ganadora por la que, llegado el caso, muchos norteamericanos votarán con resignación.  Hay mucha tela para cortar sobre el tema y ya habrá tiempo y condiciones para abordarlo con detenimiento.
La Argentina, tan  cercana en lo emocional y en la geografía, es el primer país pro socialismo del siglo XXI, que se ha liberado del sello cubano-chavista. Se acabó la gran laxitud sobre corrupción la ineficiencia en la administración y las veleidades totalitarias. El clientelismo kirchnerista ha dejado su país, como un queso gruyere con agujeros de todos los tamaños. La llegada de Mauricio Macri, que sabe además rodearse bien, empieza a poner orden con medidas impopulares pero de absoluta necesidad, choca con los que no quieren abandonar su vagancia y el usufructo de los favores del poder a cambio de apoyo popular ruidoso y vacío de contenido. Un presidente envidiable, si se quiere un país en serio obviamente.  Hay bastante sobre el futuro de los argentinos y las enseñanzas que deja su experiencia.
Pero, no hay ninguna posibilidad de escoger el miedo como manera de vivir. Acá, en Bolivia, se están cometiendo toda clase de atropellos. Se están violando derechos fundamentales y recrudece el método del temor como la única manera de neutralizar a los ciudadanos que son los verdaderos opositores a este gobierno. Dejando de lado la sordidez de lo que deja de ser privado desde el momento que choca con los intereses públicos de todos los bolivianos, ha marcado para Evo Morales un camino que no tiene retorno y que es el desprestigio moral y el definitivo retiro del voto de confianza en su liderazgo que lo ha mantenido en el poder por una década. El pueblo ha dicho basta.
La reacción al resultado del referendo, es una embestida que los desnuda definitivamente. Ha quedado demostrado que a los valores democráticos se los pasan por el forro y que una vez más están apelando al atropello, la mentira infame y al desasosiego colectivo mediante amenazas y persecución. Lo ruin es lo cotidiano. Han convertido a Bolivia en vergonzante hazmerreír del mundo. Olvídense de revocatorios, nuevos referendos, adelanto de elecciones o cualquier otra maniobra para escapar de su responsabilidad. Hay temas fundamentales que son imperativos e impostergables.
El país exige explicaciones, castigo a la corrupción, freno al abuso de poder, rendición de cuentas y una administración con la corrección mínima de la que son capaces al menos por el tiempo que aún les queda.
No es conveniente jugar a quién asusta más. La ciudadanía cuando se harta, no hace amagos.  Basta de amenazas,  insultos y violencia.  El pueblo no es amigo de dar sustos momentáneos.  Y agradezcan que sean las redes sociales, por ahora, la vía de expresión del descontento.