Cuando se hacia la obra, con muy buena intención y de manera pública a través de nuestros medios de comunicación hicimos conocer nuestra opinión y sugerencias para evitar los problemas que anticipamos se presentarían, no nos escucharon ni tampoco a profesionales en la materia que se manifestaron… y los problemas llegaron. Siguieron adelante con la ampliación de las aceras del centro de la ciudad contra viento y marea manejando conceptos y argumentos basados en frases bonitas más que en criterios de carácter técnico, de acuerdo a la realidad de la ciudad de Tarija.
No es que nos nos guste la iniciativa de ensancharlas, no es que no nos guste estéticamente, no es que pensemos que no son más cómodas que las que teníamos, es que no se trata de lo que nos guste o parezca, no podemos jugar con el desarrollo, la planificación y el crecimiento de una urbe con gustos o disgustos, desgraciadamente esa ha sido una constante que hoy nos pasa una factura muy alta y casi impagable. Los argumentos de orden técnico fueron los que menos se aplicaron y escucharon y los eslóganes armados se impusieron…. la ciudad amable, la Tarija turística, etc. sirvieron como cimiento para hacerlo… resultado: nos complicaron la vida en general.
Sucede que al ensanchar las veredas del caso viejo provocaron que las calles se hagan más angostas todavía, no olvidemos que estamos hablando de una ciudad colonial que de por si ya tenía y tiene calzadas estrechas, pero con esto peor aún. Se volvieron de un sólo carril sin espacios para estacionar, por tanto se género mayor cantidad de vehículos en movimiento, un flujo permanente de motorizados que da vueltas y vueltas, que contaminan el medioambiente más que antes, que sobre calientan más que antes y que producen más contaminación sonora que antes. También ocurrió que al eliminarse los parqueos en las calles sin previo aviso y sin dar alternativas, esos miles de automóviles que se parqueaban en el centro además de tener que estar en funcionamiento y movimiento permanente, tuvieron que ocupar cuadras más distantes para estacionar ocasionado que el caos que ya vivía el centro se extienda varios bloques a la redonda, lugares que antes de tan innovadora idea eran tranquilos y mostraban de verdad una ciudad amable.
No podemos dejar de lado que la improvisación llego a tal extremo que tuvieron que ser los transportistas los que hicieron notar a nuestros «brillantes municipes», que los micros no podían girar en las esquinas de aceras amplias porque no había espacio y tenían que subirse a las mismas, entonces a la alcaldía no le quedo otra que volver a golpear y picar para arreglar esas esquinas, doble trabajo, doble gasto del dinero de todos por la incapacidad de unos pocos. Y aún así, hay todavía vehículos de envergadura que lo siguen haciendo con serio riesgo para los peatones. Resulta también, que las aceras anchas se volvieron un espacio cómodo para que las motocicletas, que no respetan nada, las utilicen para circular cuando se trata de adelantar a quienes tienen en frente, ante la sorpresa y el miedo de quienes caminan por las veredas de esta «ciudad amable».
Otro detalle que se les «escapo» a quienes proyectaron esta obra, las hicieron de tan poca altura que cuando llueve desaparecen calles y veredas y se forman uniformes y » coquetas» piscinas urbanas. Nada fuera esto, hay otro aspecto más preocupante, no se tomaron las previsiones mínimas en caso de emergencias, ¿ que sucede si se genera un incendio en el centro de la ciudad, por donde pasaría el carro bombero con los autos llenos y en fila en la calle?, porque por las veredas no se puede transitar ya que instalaron faroles metálicos, plantaron árboles e hicieron jardineras de concreto, no hay por donde cedan espacio los vehículos ni por donde ingrese la ayuda. ¿ Y si no se trata de un incendio?, ¿ que pasa si es una ambulancia que lleva un ser humano cuya vida corre peligro o tiene que ir a auxiliar a alguien en igual situación?… ¿ tendremos que aceptar la tragedia por culpa de la necedad, la terquedad, la autosuficiencia y la soberbia de algunos que creen saberlo todo y obligan a que las cosas se hagan como a ellos «les gusta»?.
Veredas amplias y cómodas para caminar, sin duda dan un buen aspecto a la ciudad y prioridad al peatón, pero nos preguntamos si es que tomando en cuenta las características de nuestra ciudad era realmente lo que se debía hacer o si se tenían que asumir antes otras medidas para una mejor planificación y hacer otras obras que sirvan para la implementación de una iniciativa que hoy por hoy, solo termino complicándonos la vida.