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VALERIA PERASSO/BBC MUNDO

Los Oscar 2016 han llegado rodeados de controversia por la falta de diversidad racial de los nominados. Por segundo año consecutivo, entre los aspirantes a mejor actor y actriz no se encuentra ninguno que no sea blanco.
Pero una mirada al interior de la lista de aspirantes al premio mayor de la industria del cine permite descubrir otra diversidad, la que aportan los representantes del «cine del mundo».
Directores, guionistas, animadores y técnicos de México a Pakistán, de Rusia a Jordania, de Japón a Brasil. Todos listos para caminar sobre la alfombra roja este domingo, en el Teatro Dolby de Los Ángeles.
1. Un niño viajero, de Brasil al mundo
Esta edición de los Oscar trajo a Brasil la primera nominación de su historia en la categoría de mejor largometraje animado.
Y el director y guionista Alê Abreu está listo para dar batalla, al mejor estilo David versus Goliat: su cinta «El niño y el mundo» (O Menino e o Mundo) se mide contra la favorita «Intensa Mente» («Del revés» en España, Inside Out en inglés), una megaproducción del «tanque» Disney/Pixar que se ha convertido en la décima animación más vista de la historia.
Es la fábula de un niño que deja su pequeño poblado en un país mítico para ir tras su padre y sale a un mundo en guerra. Un niño dibujado «con palitos», el trazo más simple y austero, que es a la vez una reflexión del director sobre la industria de la animación.
2. ¿La tercera es la vencida?
En competencia con «El niño…» estará la japonesa «El recuerdo de Marnie».
Esta animación, con un aire onírico y basada en un libro infantil de 1967, cuenta el encuentro entre una niña huérfana y melancólica y una misteriosa amiga rubia con la que se cruza un verano en una localidad costera de Japón.
Y aunque técnicamente se la puede considerar un outsider, por fuera de la industria estadounidense del cine, lo cierto es que detrás de la producción está un estudio de animación de renombre, ya acostumbrado a las luces de Hollywood: el Studio Ghibli.
Es la quinta vez en la historia del Oscar que Japón recibe una nominación por un filme animado y la tercera consecutiva que Studio Ghibli logra candidatearse.
3. Una parodia palestina
«Ave María» es una película inusual en varios sentidos: es una comedia sobre un grupo de monjas, transcurre en Cisjordania frente a la cámara de un director palestino y es el primer corto del mundo árabe en jamás anotarse una candidatura al Oscar.
«Hay un convento cerca de la casa de mi abuela en Nazareth que es el que me dio la idea. Es como una fortaleza o una burbuja, donde las monjas viven bajo voto de silencio», dice el director Basil Khalil. «Eso siempre me dio curiosidad. ¿Qué pasaría si se vieran obligadas a romper las reglas?»
Y se verán obligadas, claro: ocurre cuando se le rompe el auto a una familia de judíos ortodoxos en Sabbat y, ante la imposibilidad de usar equipos electrónicos en el día de descanso, le piden a las religiosas silentes que hagan una llamada para pedir auxilio.
4. Narrativa beduina de exportación
«El paraíso ahora» (Paradise Now) abrió el camino: fue el primer título árabe en conseguir una nominación como Mejor Película Extranjera, en 2005.
Este año «Theeb» le sigue los pasos y podría hacer historia si logra ya no ser nominada, sino ganarse la primera estatuilla dorada para la región.
Este filme de Jordania construye el viaje de un niño beduino, el que da nombre al filme, mientras guía a un oficial británico por el desierto hacia un destino secreto en plena Primera Guerra Mundial.
5. Colombia en blanco y negro
También en la categoría de Mejor Filme en Lengua Extranjera compite un ambicioso experimento en blanco y negro procedente de Colombia.
«El abrazo de la serpiente» es la primera película de este país sudamericano en alcanzar una candidatura.
Su director, Ciro Guerra, es invitado asiduo de festivales internacionales y atesora su buen botín de premios, pero dice que el galardón de Hollywood es un asunto completamente diferente.
«Se juntan 80 películas de grandes directores, algunas incluso de maestros del cine, y es muy difícil sobresalir», le dijo Guerra a BBC Mundo.
6. Historia viva desde Ucrania
El documental del director ruso Evgeny Afineevsky «Invierno en llamas» (Winter On Fire) es una inmersión en un capítulo de historia reciente, la de un levantamiento popular espontáneo que logró derrocar a un gobierno.
Su escenario principal es la Plaza de la Independencia de Kiev, Ucrania, y los protagonistas son los estudiantes que marcharon para pedir la renuncia del presidente Viktor Yanukovich.
«Apenas comenzaron las manifestaciones en 2013 me monté en un avión hacia allí, alquilé dos cámaras y me instalé con ellos en las barricadas por días y días.Me encanta esta espontaneidad que permiten los documentales, tomar una cámara, ir y ser testigo, descubrir historias humanas detrás de los titulares», dice Afineevsky a la BBC.
7. Una paquistaní con agenda propia
Sharmeen Obaid-Chinoy ya ha caminado la alfombra roja: esta cineasta paquistaní tiene un Oscar de cosecha propia, conseguido en 2012 con el corto documentalSaving Face, sobre los ataques con ácido contra mujeres.
Ahora, ha elegido indagar en otro tema igual de urgente: las matanzas de honor.
Así se llama a los asesinatos de mujeres que «manchan» la honra de su familia y en ellos se centra su documental nominado para estos Oscar, A Girl in the River: The Price of Forgiveness («Una joven en el río: El precio del perdón»).
«Estoy orgullosa de representar a Pakistán en los Oscar, pero me siento más orgullosa de que mi película haya servido para llamar la atención sobre un tema tabú. El cine es una herramienta de cambio social muy poderosa y con mi nominación se ha impulsado un cambio en mi país», le dice a la BBC.
8. Chile, en los ojos de un oso
El chileno Gabriel Osorio decidió contar su historia familiar de una manera peculiar:con un oso sin nombre que es un sustituto de su abuelo, exiliado durante el régimen militar de Augusto Pinochet, entre 1973 y 1990.
«Yo sabía que tenía un abuelo, pero no lo conocí cuando era niño. Y no podía entender por qué él tenía que vivir muy lejos», recuerda Osorio.
El animal solitario y melancólico de su filme, titulado simplemente «Historia de un oso», recuerda la vida que solía tener antes de que se lo llevara un circo, una metáfora de las familias chilenas desmembradas.
9. Una aventura espacial rusa
El animador ruso Konstantin Bronzit optó por una temática muy del gusto de Hollywood para su corto en competencia por el Oscar: la exploración espacial.
Sólo que el viaje que emprenden sus cosmonautas en We Can’t Live Without Cosmos («No podemos vivir sin cosmos») es de carácter místico.
Bronzit dice que la idea se le ocurrió «mientras dormía», pero que el proceso de sacarla adelante estuvo lejos de ser un sueño.
«Nunca pude entender esa idea de que la creatividad genera placer… Cuando trabajo en una película siento que me consumo por dentro, que hay una fuerza que me quema.Es como una enfermedad y necesito terminar la película porque si no muero. Es por eso que hago películas: una necesidad. Pero no disfruto de ellas en absoluto», sorprendió el director durante una reunión con la prensa en su natal San Petersburgo.
10. La avanzada mexicana
El director Alejandro González Iñárritu no necesita presentaciones. Ganador el año pasado del Oscar más codiciado, el de mejor película por Birdman, el mexicano ya es parte de las ligas mayores de Hollywood.
Esta vez, su visceral «El renacido» encabeza la lista de nominaciones, con un total de 12, y es para muchos la gran favorita en varias disciplinas.
González Iñárritu suena fuerte para la estatuilla de mejor director, que ya recibió por primera vez en 2015. De lograrlo, sería el tercer director en la historia del Oscar en llevárselo en dos años consecutivos (después de que John Ford y Joseph Mankiewicz).