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El país, los bolivianos, estamos nuevamente con un proceso que pone a prueba la democracia a la vuelta de la esquina, que prueba nuestra madurez como sociedad, no es una elección más, no elegimos a un diputado, gobernador o presidente, es un referéndum como el del Gas o como el Revocatorio de hace algunos años… pero este es diferente pues votaremos para cambiar o no la Constitución Política del Estado, la misma que tanto costo aprobar en una Asamblea Constituyente teñida de sangre y violencia, porque para quienes no lo recuerdan o eran pequeños aún, esta Constitución tuvo un costo muy alto, luctuosamente caro. Fue un proceso duro, difícil, construir un nuevo pacto social después de que la sociedad demostró a su manera, estar cansada, quebrada, hastiada, por el abuso del poder y la desobediencia a la ley. Eso nos llevo por este camino de cuasi refundación en el que nos toco enfrentarnos, redescubrirnos, aceptarnos.
Se han asumido posiciones muy definidas por el SI y el NO, aunque no faltan aquellos que esconden la cabeza en la arena como el avestruz y otros que esperan atentos a ver que dicen las urnas para colgarse, como todo oportunista, del caballo ganador. Pero más allá de la triste y vergonzosa verdad que nos revelan nuestros políticos, la cita del 21F es por demás importante y requiere de nuestra participación, no podríamos atrevernos a inducir o sugerir que opción debe tomar, cada uno debe reflexionar sobre sus propias vivencias y apreciaciones, sobre su experiencia y el sentir de su entorno. De hecho que abrir la Carta Magna es de por si un gran acontecimiento, democracias maduras del mundo por lo general no tocan este texto y han inventado un «Rosario» de candados para evitar que el ego, el poder, la ambición o lo que sea, llegue a tentar a los gobernantes del momento como para intentar romper todos esos cerrojos. Si miramos el presente podríamos pensar que sólo será esta vez, una vez, pero nadie puede garantizar que quien este más allá lo haga de nuevo, desnaturalizando y desconociendo el pacto social alcanzado a tan alto precio.
El pueblo tiene en sus manos cambiar su país, en los últimos años tuvo la oportunidad de practicar la democracia eligiendo «de todo», sin exagerar, ahora debe decidir otra vez y no solo para ver si un presidente otra vez podría re postularse sino para mostrar que tan dispuesto esta en mantener y respetar la institucionalidad de un país. Es un momento sin duda histórico, nunca antes paso en el sentido estricto de la situación y justamente por ser así, la responsabilidad ciudadana es mayor… Primero participando, luego eligiendo.