Noticias El Periódico Tarija

Max Murillo Mendoza

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Las primarias en Iowa, Estados Unidos, como en cada momento antes de las elecciones multimillonarias de EUA, buscan emperador y las noticias mundiales siempre están al tanto de este show de circo romano, rumbo al capitolio. Me pareció interesante la presencia de dos cubanos americanos en la palestra, no porque sean cubanos, sino porque eso delata ciertos cambios que se dan en la política gringa americana. Son dos de apellidos latinos: Cruz y Rubio. Y tienen que ser descendientes de la gusanera cubana, que abandonó la isla cuando la revolución allá en 1.959. Gusanera oligárquica que robaron miles de millones de dólares al escapar de la isla caribeña, con los que hicieron negocios y política en estos años. No son cubanos de a pie, sino de las señoriales y floridas formas coloniales que habían en Cuba, y con Batista al final asaltaron y saquearon como siempre a ese país, por lo que los barbudos de Fidel tuvieron que tomar las riendas de la historia en aquella isla.
Para ser aceptados en la maquinaria política y de guerra americano, esos cubanos gusanos, pues tienen que ser nomás de mucha hilacha oligárquica y señorial. No cualquiera puede entrar a esos pasillos del poder gringo. Quizás son cambios como cosméticos de multiculturalidad en el imperio; pero no creo en las decisiones mismas, porque eso está reservado a los anglosajones y listo. Con Obama la cuestión ha sido muy clara. Mientras el negro se hacía al demócrata mundial todo estaba bloqueado; pero si obedecía las órdenes anglosajonas se le abrían las puertas: bombardear al mundo, seguir inventando enemigos musulmanes para los negocios de armas, etc.
Y es así el mundo real. Las oligarquías latinas, que son descendientes directos de sus tatarabuelos que no pudieron salir cuando la huida de los españoles, y que se quedaron además aprovechando las estructuras racistas y pigmentocráticas a su favor por estos lados, siempre convivieron entre nosotros soñando un día seguir siendo lacayos imperiales, de espaldas a nuestras realidades, en contra de nuestras realidades. Su mundo no está por estos lados, sino en Miami, París, Madrid o alguna otra capital de sus sueños y nostalgias imperiales. Lo nuestro es sólo patio trasero para estas mentalidades de la ocupación. Somos sólo motivo de estudios y análisis para deleite de sus cafés, donde los gurus se alaban de sus triunfos y fracasos. Mentalidades de la ocupación que ciertamente sus mayores sueños consisten en vivir en los patios del imperio mismo, como esos dos gusanos de la isla caribeña. La dependencia de lo que sucede entonces por aquellos lados anglosajones, es primordial para las noticias y los negocios de estas oligarquías latinas, sin sentido de patria, nación o proyecto de Estado.
Lo que causa asombro es que estas oligarquías latinas sin patria, no sean bien recibidas en sus sueños y realizaciones en aquellos países. Son nomás de segunda o tercera categoría, porque lo real es que aquellas oficinas del poder están reservadas para los gringos, no para los latinos sin patria. Y por muy millonarios que sean no es ningún motivo de alabanza para el poder. Tienen que ser sólo lacayos. Tienen que seguir demostrando todo lo anti patria que son, todo lo anti nación y tienen que seguir sintiendo vergüenza de nuestros países. Así los señores del imperio al menos les permitirán ser senadores o diputados, o ministros de la corte. Aquí no tienen patria; allá tampoco. Y estos son los que desde siempre se adueñaron de los Estados al sur del río Bravo, de mentalidades que jamás tuvieron como sentimiento el amar a estas tierras, y el de progresar en estas tierras, sino sólo el de saquear y explotar hasta la oportunidad de abandonar en busca de sus sueños y nostalgias coloniales.
Esos enormes desconocimientos de estas realidades, como enormes nostalgias por abandonar estas tierras, se mezclaron con sus herencias en el dominio de las artes estatales. Hacer política y negocios tenía a manos llenas y con todas las ventajas. Destruir comunidades y montar haciendas era parte del folklor político económico, a lo largo del continente. Eliminar y destruir a las naciones milenarias, también era parte de sus costumbres y formas políticas de hacer Estados. Sus visiones de progreso y civilización, desde siempre les cegaron los ojos y el cerebro para no ver otras civilizaciones y otros signos y tipos de desarrollo. En fin.
En pleno siglo XXI seguimos discutiendo sobre Estado, Nación, Patria, Territorio y Territorialidad, porque la falta de coherencia y claridad de quiénes siempre estuvieron en el poder, responde a estas lógicas profundas coloniales. Que siguen y continúan sin entender ni saber en qué lugar del mundo se encuentran. Porque siglos después no han puestos sus raíces en estos terruños. Porque siguen nomás en lo profundo de sus almas y sentimientos, soñando en sus ancestros allende los mares. Como esos dos gusanos cubanos de ultraderecha que sueñan por ser presidentes del imperio americano. En fin, en fin.
La Paz, 2 de febrero de 2016.