Raúl Pino-Ichazo Terrazas,
(Abogado Corporativo, postgrado en Arbitraje y Conciliación, Presidente de SODESBO, Asociación de escritores de Bolivia)
La grave realidad insoslayable de los refugiados es un tema que no puede ignorarse, dentro del espectro necesario de la sensibilidad de los humanos ante el sufrimiento ajeno, acción que debe caracterizarnos a todos.
Alemania ha recibido y garantizado la calidad de asilado en un numero superlativo en relación a las otras naciones europeas, todo ello, debido a la política de la canciller señora Ángela Merkel, la cual, con un férreo convencimiento del sentimiento de solidaridad y con el poder necesario, sostiene todavía que se puede seguir adelante, pese al tímido o escaso apoyo que recibe; internamente de su propio partido y de su aliado en Baviera (Bayern),que amenaza, de no cambiar la política para los refugiados, provenientes de las naciones en guerra activa especialmente Siria), con impugnar esta política ante el Tribunal Supremo Alemán.
Es innegable que la señora Merkel, con sus decididas acciones ha sensibilizado a su pueblo, solidario por antonomasia, salvo en el régimen de Hitler que lo tenían virtualmente maniatado, y a los miembros de la Comunidad Europea, para admitir cada vez más refugiados. Esta acción con hechos perceptibles al mundo sitúa a la canciller alemana y a su pueblo como un paradigma extraordinarioque ya, no terminado el problema, la historia ha recogido con la puntualidad y prolijidad que registra los hechos notables e indelebles de los humanos.
Sin embargo esta solidaridad exige una cuantiosa inversión, lo cual le confiere más valor a la acción que, como se afirma la historia valorara, como uno de los problemas más difíciles para una gestión de la principal dignataria de una nación, lamas importante y poderosa de la Comunidad Europea, pese a ello, lo acometió con indeclinable y asombrosa decisión y la fe que enviste a los dignatarios que son sensibles a la desgracia de los habitantes que huyen de las guerras y no dudan en concederles asilo.
Este asilo, no es estático y sin beneficio, pues tiene la ventaja trascendente de la integración del asilado; primero con el aprendizaje del idioma, que es un idioma mundial principal, y la estancia produce su a culturización, logros intelectuales que, cuando retornen a sus naciones ya pacificadas, les ayudaran, con ese maravilloso intangible, a vivir mejor y ser mejores seres humanos, con indudables destrezas y habilidades para obtener el sustento diario honestamente y sin dificultades.
Es irrefutable que muchos de los refugiados se establecerán en Alemania y obtendrán la nacionalidad, transición que soluciona en parte la falencia o carencia de fuerza laboral y nivelar así el alto índice de personas de la tercera edad que caracteriza a esa nación.
Hoy, ante el aumento insostenible de los refugiados, la propia Alemania, considera, ante la desestructuración virtualde esa noble acción, algunas medidas de ordenamiento, siendo las más importantes las que se citan: liberación del sistema Schengen, mejorar el control de la fronteras, distribuir equitativamente a los refugiados entre las naciones de la Comunidad Europea, preservar, ante este difícil proceso, los Derechos Humanos, gestionar rápidamente las aprobaciones de calidad de asilado, entre otras.
Estas medidas prodigan inexorablemente la baja de tensión entre las naciones de la Comunidad Europea y los que aspiran a dicha calidad de refugiados que se cualifique como tales, y solo deben ser procedentes de naciones en guerra activa.
Como importante corolario, este columnista afirma que, lo realizado por la canciller Merkel es excepcionalmente consecuente a nuestra inclinación de hacer el Bien y confía que la Academia Sueca, con su tradicional ecuanimidad, honrara próximamente con el Premio Nobel de la Paz a esta increíble mujer, habilísima política y esposa, premio también inherente al laborioso pueblo alemán.