Noticias El Periódico Tarija

Luis Fernando Ortiz Daza
Psicólogo

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Cuando te dijo aquella vez que no volvería a pegarte, no cumplió, hoy no puedes hacer nada, ya no puedes decir que no. Cuando te dijo que no te dejaría y hoy estás solo, no puedes hacer nada. Cuando te digo que no es no y que nunca lo voy a volver a hacer y me crees y te creo, qué difícil es ser honesto. Del no se aprende solamente cuando es tarde, como animales de costumbre condicionados creemos siempre en la voz y el azote del amo. Se debe decir no para aprender y se puede decir sí al no cuando podemos prevenir sabiendo que algo anda mal, muy mal yo diría.
Quienes se perpetúan o pretenden hacerlo, recurren a viejas artimañas. La primera hacerse el que no lo entendió bien, es decir, que no entendió desde cuando se aplica el no, si desde que dijo no lo vuelvo a hacer o si es desde que cada vez le permitimos que lo vuelva a hacer. Hoy el aludido dice que esta vez será la última que accederá a una reelección, su coludido no lo niega, pero, en estrategia envolvente e inconsciente nos asegura que son los movimientos sociales quienes lo piden y lo seguirán pidiendo.
¿Qué parte del No, no habrán aprendido?, difícil que ellos lo entiendan, pero, hay muchos que sí lo entendieron, hay muchos que sabemos que más allá de la consigna pura y simple de no porque no, debemos dar explicaciones a quienes están indecisos, a quienes aún dudan con certeza que algo anda mal, que algo se ha acabado y que todo tiene un fin.
Creemos que el proceso ha cumplido un ciclo, que la oleada revolucionaria ha sido un éxito gracias al reflujo del neoliberalismo que sentó las bases económicas con la capitalización de las empresas estratégicas del Estado. La sumatoria de acontecimientos fortuitos por una parte y la capacidad de algunos por ver la realidad de la otra, llevaron primero a una ley de hidrocarburos totalmente factible en el fin de la era de la democracia pactada y el gonismo. Se sentaron las bases con yacimientos ricos en gas que a la postre fueron “nacionalizados” en una coyuntura de precios de materias primas jamás vistas.
En esos tiempos no podíamos decirle No, no podíamos decir No a los movimientos sociales, no podíamos decir no a nada porque se llenaban los bolsillos de dinero y los corazones de esperanzas. El gobierno ha recibido un apoyo en todas las elecciones desde 2005, hoy van a cumplir 10 años de mandato y evaluar el éxito o fracaso de su gestión, es muy prematuro, hay que darle tiempo al tiempo y necesitamos un nuevo gobierno para que nos revele la verdad del crecimiento, palpable es cierto, pero productivo, eso está por verse.
Algo anda mal para que mucha gente diga no, por ejemplo la persecución sañuda a inocentes con juicios  inventados, ahí está Carmelo;  estuvo cerca Carlos Mesa, salvado por la campana de haberse aclarado a tiempo que es el vocero del mar. Es inconcebible cómo se están comprando conciencias como la de aquel jubilado que sale en televisión y acusa de manera indolente a Carlos Mesa de ser responsable de la muerte de jubilados durante su gobierno, cuando todos saben que fue un accidente, la pregunta es: ¿Cuánto ha recibido este señor para oficiar de Judas?. Las preguntas de todos es cuánta plata se mueve para comprar testigos falsos, acusadores falsos.
Es triste para todos ver la indolencia de senadores y diputados ensañarse con un inocente por el caso del fondo indígena, cuando fue éste quién denuncio la corrupción, da pena ver ahora cayendo a dirigentes campesinos que fueron obligados a firmar recibos de cheques de plata que nunca llegaron a sus bolsillos y que todo fue para campañas. Da pena ver a familias enteras destrozadas por la justicia en un diario peregrinar de extorsión y de coimas en los estrados, el no, se hace hoy necesario, se debe cambiar la justicia, debemos cambiar a quienes hicieron posible esta debacle moral, es tiempo de conocer la verdad.
Es tiempo del fin, mucho tiempo ha corrompido a los del gobierno, muchos años han hecho de estos seres, personajes abusivos, prepotentes y soberbios que solo insultan, acusan y meten presos a muchos inocentes. La crisis económica que viene es por el despilfarro que se hace, no por el precio del petróleo, es tiempo que los zánganos dejen de sangrar al Estado o será muy tarde.