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Se dice que un hombre plantó una rosa y se ocupó de abonarla así como regarla constantemente, pero antes que de ella apareciese algún indicio, él la examinó y vio el botón que en breve se abriría, más notó varias espinas sobre el tallo y pensó para sí: «Como puede una flor tan bella venir de una planta rodeada de espinas tan afiladas…».
Es así que entristecido por este pensamiento, el se negó a seguir regando la rosa y antes de que está este pronta para abrirse, por la falta de agua ella murió…
Así sucede con muchas personas, caros amigos lectores de «elPeriódico», ya que dentro de cada alma hay una rosa: Son las cualidades dadas por Dios. Dentro de cada alma tenemos también las espinas: Solo que falta que aparezcan nuestras rosas.
Muchos de nosotros nos miramos y vemos solamente las espinas, los defectos y nos desesperamos, pensando que nada de bueno puede venir de nuestro interior. Nos negamos a regar o a cultivar dentro nuestro y consecuentemente, eso muere. Es así como nunca percibimos nuestro gran potencial.
Algunas personas no ven la rosa dentro de ellas mismas. Por lo tanto alguien más debe mostrárselas. Uno de los mayores dones que una persona puede poseer o compartir es ser capaz de pasar por las espinas y encontrar la rosa dentro de otras personas.
Esta es la característica del amor. Mirar una persona yconocer sus verdaderas faltas. Aceptar a aquella persona en su vida, en cuanto reconoce la belleza en su alma y ayudarla a percibir que ella puede superar sus aparentes imperfecciones.
Si nosotros mostrarnos a esas personas la rosa que está creciendo en su interior, ellas superarán sus propias espinas. Solo así ellas podrán ver abrirse sus rosas, muchas varias veces.