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Con el crudo tocando nuevos mínimos de los últimos doce años, y sólo ligeramente por encima de los 30 dólares, los grandes bancos alertan que el barril tocará los 20 dólares. Desde Goldman Sachs, Citigroup a Morgan Stanley, que describe la actual crisis como «peor que la de 1986» avisaron a sus clientes sobre la que se viene encima. Una situación que ya se deja notar entre las pequeñas y medianas petroleras a este lado del Atlántico, gran parte de ellas especializadas en la fracturación hidráulica y el crudo de esquisto.
Según adelantaba The Wall Street Journal, alrededor de 30 pequeñas empresas petroleras con deudas de más de 13.000 millones de dólares podrían haberse acogido ya a la protección de la ley de bancarrota. Una situación provocada por el exceso de oferta en el mercado, en parte motivada por el boom del crudo de esquisto y el pulso de productores como Arabia Saudí, empeñados en mantener los niveles de producción pese a la baja demanda.
Precisamente, Harold Hamm, el fundador de Continental Resources y uno de los gurús de la fracturación hidráulica, aseguró en la CNBC que «nos encontramos en un contexto voraz». «Arabia Saudí intenta hundirnos pero no lo han conseguido, es un error monumental para ellos, un error de un billón de dólares», añadió.
En este sentido, Hamm, cuya fortuna asciende hasta los 6.300 millones de dólares y sólo en lo que llevamos de año ha perdido 569 millones de dólares, advirtió de que el gobierno saudí «tendrá que vender la mitad de su negocio», en referencia a la posible salida a bolsa de Aramco, «para poder continuar con los niveles actuales de producción». «Ellos tienen que sostener un país, nosotros sólo empresas, podemos reducir la inversión y dejar de gastar dinero y ya está», matizó.
El fundador de Continental Resources espera que el precio del crudo se duplique hasta los 50 y 60 dólares el barril durante los próximos 12 meses. Además, opina que lo que se está diciendo sobre la posible oleada de quiebras e impagos de pequeñas petroleras es exagerado.
Aún así, desde Oppenheimer consideran que la mitad de los productores de esquisto en EEUU podrían quebrar antes de que el petróleo se recupere completamente. El punto de equilibrio para estas compañías suele estar en 60 dólares por barril, un nivel que todavía tardará en alcanzarse.