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LIDIA AZURDUY R./BOLINFO/TARIJA
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(elPeriódico-Ene 17) Las calles que se encuentran alrededor de la Corte Superior de Distrito o más conocido como el Palacio de Justicia se han convertido en reflejo del caos de la ciudad de Tarija.
La zona, debido a múltiples actividades que se sitúan que van desde: la administración de justicia (Corte Superior de Distrito), varios estudios de abogados, Univerdidad Católica, casas de cambio, el mercado Guadalquivir y otras generan mucho movimiento, pero si a ello se suma el desorden el resultado es negativo.
Los comerciantes copan las aceras, que si bien generan movimiento económico, también puede resultar incómodo para quienes caminan por el lugar; los vendedores han ido ganando espacio, la venta ya no supone únicamente la exposición de múltiples productos como la venta de lencería, ropa, zapatos, joyas, artesanías, comida, juguetes, material de escritorio y un largo etcétera. Sino que a ello se suman sombrillas, toldos y pequeñas infraestructuras removibles, compitiendo así con las personas que necesariamente pasan por el lugar y que deben esquivar estas incomodidades, pero no se trata únicamente de los comerciantes, la lucha por el espacio se la sortea a diario con motociclistas que se empeñan en usar las veredas como parqueos.
El tráfico ya es caótico, puede advertirse un par de “cebritas” del programa de educación vial de la Alcaldía Municipal de Cercado, tratando de guiar, generando consciencia y educación a conductores y ciudadanos a pie, debiendo convertirse en malabaristas a la hora de cumplir su función. El humo de los buses agrega al desorden esmog.
En todas las ciudades del mundo el comercio es generador de desarrollo pero a la par de desorden, sin embargo debe existir la supervisión de las autoridades competentes para disminuir y evitar infracciones, pero sobre todo para evitar los excesos en el uso del espacio público. Esta es una de las tareas pendientes, para ordenar y planificar la construcción de espacios para el comercio.
Un gran paso de transformación, implica el traslado de oficinas del municipio hacia una zona más alejada, dejando libre el casco viejo, esa debe ser la tendencia, si bien no es posible modificar comportamientos y malas prácticas de manera inmediata, es una tarea constante que se debe enfrentar con la ciudadanía.
Hagamos que las zonas más concurridas tengan cierto orden dentro del caos permitido, pero no es posible convertir nuestras principales calles en junglas y focos de suciedad y anarquía. (eP)