Iatrogenia médica y posibles soluciones 

Gastón Cornejo Bascopé

En un anterior escrito titulado: “Juristas que dejaron una compresa en su consciencia” critiqué la ausencia del criterio de quienes juzgan el acto médico,desconociendo en absoluto detalles de la técnica científica inherente. Sugerí que tanto abogados acusadores, fiscales y jueces asistan al terreno de la praxis médica (no sólo visita al quirófano, también a Terapia Intensiva, consultorios, laboratorios, administraciones de instituciones ofertantes de salud, para prevenir graves iatrogenias jurídicas como la denunciada en esa oportunidad, pudieran in situ tipificar la iatrogenia y la posible negligencia médica; también conocer el maltrato a los pacientes, la innoble mercantilización de costos en laboratorio e imagen, fármacos, la carencia de ítems laborales, la explotación empresarial en algunos servicios públicos y privados.

De otra parte, el Colegio Médico y las Sociedades Científicas, son las instituciones llamadas a organizar talleres y módulos de aprendizaje bioético y tecnológico sobre el desempeño de los profesionales de la salud para beneficio general, compartir experiencias y debatir temas de judicialización entre profesionales de la salud y juristas de elevada responsabilidad, interesados en el correcto desempeño ético y técnico.

Una alternativa de estrategia útil es lograr que médicos estudien derecho y luego se especialicen para defender excesos judiciales; históricamente es notoria hasta el presente la ausencia de médicos abogados. Evoco con añoranza a los doctores:Joaquín Salcedo Laredo y Alfredo Arnéz Arnéz, médicos juristas..

Va una sugerencia utilísima para los cirujanos y médicos en general. ElConsentimiento Informado, previo a todo acto médico, es de suma importancia a sercumplido ante el principio de la autonomía bioética. En nuestro medio no parece tenervalor de probidad jurídica, pero si está filmado, registrado en todo su proceso de consentimiento bien comprendido, su valor testimonial es inobjetable para la conciencia del juez involucrado en el análisis de un resultado fallido. Observar y escuchar que un paciente exprese: “He sido bien informado” “Sé de la alta probabilidad de complicaciones que registra la estadística mundial sobre tal procedimiento” “Acepto todos los riesgos pendientes en el proceso de mi curación”;necesariamente, tendrá un valor de primer orden para aminorar la crítica maligna que  la sociedad lanza inaprensivamente contra un profesional ocasionándole la muerte civil. Aconsejo que en adelante, frustremos a los negociantes de la justicia mediante una filmación, aceptada, en el consultorio, previo a iniciar el acto médico.

Finalmente, el Dr. Armando Ortiz, neurocirujano boliviano de reconocida excelencia en Chile, de la Clínica Las Condes, me informa de un procedimiento definitivo para evitar el daño a quienes llevan una cruz en su sacerdocio médico, quienes estudian toda una vida para ser eficientes, sufriendo temerosos la posibilidad de una complicación. Se trata de lograr que la institución de salud donde se trabaja obtengala Certificación internacional en el Sistema Norteamericano de Acreditación de Hospitales, “Joint Comission” (JCAH) cumpliendo con los Manuales de estandarización; y además, conseguir que los parlamentarios pergeñen un proyecto de ley similar a la ley inglesa que pone un tope-umbral de compensación a las exigenciasinteresadas de indemnización. Ambos procedimientos deberían ser diseñados por el Colegio Médico.

Pero el gesto de negligencia médica a procesar, sin apelación alguna, y, sin disculpa posible, es la deficiencia ministerial en salud. Se criticó a su tiempo al ministro que jamás atendió un enfermo en su vida, médico de oficina, político de conveniencia, partió sin mérito alguno. La Ministra actual, ante la mala atención “pide calma a los enfermos de cáncer” del hospital de Clínicas de La Paz. Afirmó: “Hay que hacer las cosas bien hechas y con mucho criterio técnico”. Para la ministra de salud es un grave desafío manejar la complejidad de la salud nacional por que además, la evaluación promedio de todos los servicios públicos va en la dirección de afirmar como una atención deficiente, particularmente en el marco de la relación con los pacientes.

Escuché en Radio CEPRA el testimonio de una joven, madre primeriza, a quien le dispensaron un trato infame en la Maternidad “Germán Urquidi Ichazu” de Cochabamba. La actitud excluyente, la ausencia de respeto a la dignidad de persona,de parte del personal y la observación impertinente de una decena de estudiantes, fue imperdonable. Conocí al noble Dr. Picky Urquidi, mantengo la seguridad que si resucitara, tornaría a morir frustrado de vergüenza.

Cochabamba, enero 2016.