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Ya en diciembre pasado se escucho que se haría una evaluación que podría derivar en cambios en el gabinete del Gobernador Adrián Oliva, no se supo más, sólo se oyeron luego las voces de dirigentes del Plan de Empleo Urgente (PEU) y del sector campesino exigiendo la remoción de Luis Alfaro y Fernando Barrientos como Secretarios de Gobernabilidad y Desarrollo Productivo respectivamente, en particular porque ellos asumieron un rol de cuestionamiento y de intento de reformas de estos dos caros programas departamentales.
Esta claro que el Gobernador tiene total potestad y competencia para definir quienes seran sus «hombres de confianza», la ley se lo permite sin que tenga que explicar porque lo hizo ni fundamentar la experiencia, formación o capacidad de quien designe en cualquier cargo, en el caso de la gestión de Oliva se plantea un escenario sensible pues en gran medida se debe a un conjunto de aliados que tienen sus espacios de poder bien distribuidos, lo que hace suponer que en el marco de la buena relación, comunicación y respeto de acuerdos, se deba conversar previamente con ellos para hacer algún cambio en una Secretaria o Dirección. No se trata de una consulta, simplemente la forma de coexistir gobernando y en democracia, es lógico pensar que si el Gobernador considera que un X secretario no tuvo un desempeño adecuado pueda tomar la determinación de sustituirlo aunque debe considerar la alianza vigente con la fuerza política que sugirió y sostiene a ese X ciudadano. Claro que si alguno se ve involucrado en hechos de corrupción o escándalos por malos manejos administrativos, Oliva no tendría que dudar un instante para cambiarlo sin importar de donde viene y a quien responde, no por juzgarlo sin un justo juicio sino porque esas situaciones comprometen la gestión en general.
Ya son varios meses desde que Adrián Oliva asumió como Gobernador y formo este gabinete que de hecho debería ser evaluado y si ameritan los cambios tendría que hacerlos buscando imprimirle otra dinámica a su gestión en diferentes áreas. Se debe entender que el escenario va cambiando, según su propia información, asumían una gobernación desordenada y con gastos sin justificación, con base en un presupuesto mucho mayor, hoy supuestamente se organizo mejor el aparato gubernamental y se cuenta con menos recursos, habrá que ver si Oliva considera que precisa en algunas carteras perfiles distintos de asesores para seguir caminando en un año que se ha vaticinado como difícil.