Noticias El Periódico Tarija

///
Casi jugando a clarividentes adelantamos que habían decisiones duras que tomar en la administración del Departamento y como si fuera coincidencia, sus autoridades anunciaron que programas que requieren importantes cantidades de recursos económicos no podían sostenerse más, entre ellos el PROSOL, el Plan de Empleo Urgente (PEU) y las brigadas barriales de seguridad, ninguno de ellos fue sometido a una evaluación de sus resultados y fue creciendo sin justificación alguna y requiriendo cada vez más dinero hasta el punto que se volvieron insostenibles.
Se dio una explicación lógica y coherente sobre las necesidades de este nuevo tiempo, se contaba con un presupuesto de casi Bs. 5 mil millones que cayo a menos de Bs. 3 mil millones, diferencia abismal. Mucho podrán decir que aún con esa reducción son bastantes recursos para atender las demandas de la población, seguro que si, lo malo es que la región esta acomodada para funcionar con la cifra más alta y considerando la reducción en vertical, es lógico pensar que no se puede seguir en la misma dinámica. El continuar pagando Bs. 6 mil por familia campesina sin saber que pasa con ese monto y sin evaluar cual es su efecto positivo y en que contribuye al campesinado y sobretodo al agro es refregarle al resto del país que no supimos y no sabemos que hacer con tanto que «nos cayo del cielo». Al igual que con el PEU, que incluye a miles de personas que no tienen mucho que hacer y a las que se les paga una remuneración sin sentido. No se entienda mal, no estamos a favor de que la gente no tenga trabajo, no apoyamos el desempleo, más bien creemos que nuestras autoridades deben demostrar que son capaces de orientar el Departamento de tal manera que se puedan generar miles de fuentes laborales de manera permanente, en el marco de un modelo productivo y no rentista y absolutamente dependiente del Estado. Entendemos que más que hablar de cerrar estos programas, se apunta a reorientarlos, a redirigirlos, a racionalizarlos, de manera que sus resultados sean medibles y se puedan tomar las medidas correctivas que sean necesarias en cualquier momento.
Aún se esperan las reacciones de quienes se verán «afectados» por las determinaciones anunciadas, esperamos que prime el diálogo y el entendimiento, que la protesta, la marcha o el bloqueo no sean alternativas para intentar imponer lo imposible, es preciso que la Gobernación abra sus puertas y transparente sus números también, para que tanto los dirigentes como las bases conozcan la real situación de la región, crean y confíen en los datos que se les muestra y asuman una posición pro Departamento más que política o sectorial.